El modelo predominante de ganadería industrial en España es insostenible

Greenpeace analiza en un informe pionero el sector de la carne en España, el segundo país de Europa donde más se consume. La ganadería acapara al año 48.000 millones de metros cúbicos de agua, lo mismo que todos los hogares españoles en más de 21 años. Nuestro consumo de carne supera cinco veces la ingesta dietética de referencia

En el Día Mundial Sin Carne Greenpeace ha lanzado el informe La insostenible huella de la carne en España, el primero que analiza la situación del sector ganadero en nuestro país, teniendo en cuenta todos sus ámbitos, desde el nivel de consumo que tenemos, hasta el tipo de producción y sus consecuencias.

Las cifras son claras: el modelo predominante de ganadería industrial en España es totalmente insostenible y pese a que el consumo de carne se mantiene a la baja en la última década, sigue siendo muy elevado y nos situamos en el segundo puesto europeo en cuanto al consumo de carne por persona al año, seguidos de Luxemburgo. Además la producción sigue disparándose ya que estamos convirtiéndonos en un país que contamina su tierra, agua y aire para producir carne y luego exportarla.

En cuanto a la huella ecológica y territorial, la ganadería fue responsable de la emisión en 2015 de más de 86 millones de toneladas de CO2-eq, casi el doble que establece el INE para el sector de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca juntos. La producción de forrajes y granos para alimentación animal es responsable de un 56% de estas emisiones seguida de las emisiones de metano producidas en la digestión entérica de rumiantes (27%). Por tipo de animales, las mayores emisiones se dan en el porcino y corresponden casi en su totalidad a su alimentación y purines.

Por otra parte la ganadería consume 48.000 millones de metros cúbicos de agua, lo equivalente a lo que consumirían todos los hogares españoles durante más de 21 años. En 2015 se produjeron más de 60 millones de metros cúbicos de purines sólo por la ganadería porcina que terminan incluso contaminado el agua de abastecimiento de muchas poblaciones.

En términos de superficie, cultivar alimentos para la alimentación animal en su conjunto requirió 18 millones de hectáreas, el equivalente al 77% de toda la Superficie Agrícola Utilizada (SAU) española, o al 36% de la superficie total de España.

El cambio casi radical que sufrió nuestra dieta en los últimos años desvirtuando la auténtica dieta mediterránea está teniendo consecuencias no sólo para las personas sino también para el planeta. Se ha invertido la pirámide alimenticia y se ha pasado de comer “cosas con carne” a comer “carne con cosas” y con ello se han incrementado los riesgos para nuestra salud y para el medio ambiente.

“Tenemos el poder en nuestras manos, o mejor en nuestros platos. La alimentación es una poderosa herramienta que está al alcance de todas las personas y tenemos y debemos hacer uso de ella”, ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de la campaña de Agricultura de Greenpeace España. “Reducir el consumo de carne y lácteos e incrementar los alimentos de origen vegetal, ecológicos y locales es lo mejor que podemos hacer para nuestra salud y la del planeta” ha añadido.

Para mejorar la salud del planeta y la de las personas Greenpeace demanda a las autoridades españolas que, con urgencia:

  • Trabajen para alcanzar la reducción de la producción de carne y lácteos y conseguir un consumo medio de 300g de carne y 630g de lácteos semanales en 2050;
  • Prohíban los nuevos proyectos de ganadería industrial y la ampliación de los existentes;
  • Acaben con los subsidios y políticas que respaldan la ganadería industrial y apoye la producción ecológica;
  • Reduzcan el gasto público en productos de ganadería industrial e incremente el apoyo económico hacía opciones donde predominen los alimentos de origen vegetal ecológicos y locales. Los productos animales que se sigan consumiendo también deben ser ecológicos y locales. En particular y con urgencia se deben adoptar estos criterios para los comedores públicos.

Pese al elevado impacto medioambiental, económico, social, sanitario, al bienestar animal y la amenaza a la soberanía alimentaria vemos como la producción de alimentos de origen animal no para de crecer así como los proyectos de ganadería industrial ya que se está apostando totalmente por un modelo orientado a la exportación, sin pararnos a pensar en la nefasta herencia que deja en el territorio y el daño global al planeta y nuestra salud.

Frenar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad implica trabajar activamente en todos los sectores y la agricultura, y en particular la ganadería, pueden jugar un papel muy importante. Es inadmisible que ante el escenario actual se pueda contemplar seguir fomentando la producción industrial y las macrogranjas”, ha continuado Ferreirim. “Es fundamental producir preferentemente alimentos para consumo directo humano de origen vegetal, ecológicos y locales y no apoyar las fábricas de cambio climático y destrucción ambiental que son las granjas industriales”, ha concluido.

Cifras que dejan huella

  • España es el decimocuarto país en cuanto al consumo mundial por persona y año y el segundo a nivel europeo
  • La ganadería española es la responsable de la emisión de 86 millones de toneladas de CO2-eq
  • La ganadería consume al año 48.000 millones de metros cúbicos de agua, el equivalente al consumo de todos los hogares españoles durante más de 21 años
  • El el 94% de las emisiones de amoniaco a la atmósfera son originadas por la ganadería industrial
  • En 2016 se sacrificaron casi 1.700 animales para consumo humano al minuto
  • La ganadería necesita una superficie equivalente a más de ⅓ del territorio español para la producción del alimento para animales
  • Cada persona española consume 257 gramos diarios de carne, cinco veces más que la ingesta dietética de referencia

Fuente: Greenpeace (es.greenpeace.org)