Origen e ilusión

De cómo la responsabilidad vecinal Rozeña se articula en un proyecto asociativo, común, llamado EL PUEBLO QUE QUEREMOS

En mayo de 2011, en plena crisis económica y social, una ciudadanía indignada se lanza a la calle exigiendo DEMOCRACIA REAL YA, rompiendo la actitud neutral y pasiva que la convertía en cómplice del terrible drama social que asolaba el país: paro, pobreza galopante, falta severa de expectativas personales y colectivas, debacle medioambiental, desmantelamiento del sistema educativo y servicios sanitarios, aumentó de la desigualdad y corrupción. Un drama consecuencia directa de la culpable incompetencia representativa de los grupos políticos (“No nos representan”) y dé la impunidad en la que prosperan los negocios de empresarios y/o políticos para medrar a cuenta del bienestar público.

Fueron muchas las movilizaciones, encabezadas por el movimiento del 15M, que pusieron en evidencia el potencial reformador de una prometedora sociedad civil organizada. Porque en la calle nos vimos muchísima gente consciente de que “NO vivíamos en el mejor de los mundos posibles”, y que la única manera de aproximarnos con ciertas garantías de conseguir un mundo digno de ser vivido por todos, era permitir que la ciudadanía  pudiera participar en la gestión política y crear, así, un nuevo modelo más acorde con el interés común.

Y tener conciencia era importante, pero no suficiente. Lo que tocaba seguidamente, para evitar que el brote reformador quedará en nada, era materializar esa conciencia en organizaciones ciudadanas capaces de llevar de forma efectiva la voz de la soberanía popular a las instituciones para, una vez allí, cambiar lo que hubiera que cambiar, que es mucho.

Y en Las Rozas también supimos recoger el testigo para colaborar, en el entorno local, en rescatar una democracia apenas democrática. En crear una alternativa para recuperar la política para las personas y poner las instituciones al servicio del bien común. En impulsar un espacio de reflexión y confluencia amplio, plural, generoso y participativo. Un compromiso mutuo de vecinos y vecinas en torno a una ilusión común que es, sobre todo, encuentro y que tiene mucho de movimiento social y nada de partido político.

Así fue como, en el verano del 2014, un grupo de vecinos y vecinas, comprometidos en diversos movimientos y proyectos sociales activos en el municipio, decidimos crear una plataforma ciudadana con el ánimo de unir fuerzas e ilusión y trabajar para conseguir un pueblo mejor: más justo, más solidario, más eficiente, con más futuro.

Teníamos un claro convencimiento de que el ámbito municipal constituía el espacio institucional en el que la ciudadanía establece relaciones de mayor proximidad con la toma de decisiones, de gestión y políticas, que más cotidianamente nos afectan.

Nació así la plataforma de EL PUEBLO QUE QUEREMOS. Una iniciativa de confluencia vecinal basada en la inteligencia colectiva, el consenso, la pluralidad, la horizontalidad y la participación.

Por fin, en Las Rozas, haríamos realidad un claro deseo democrático: la configuración del movimiento ciudadano con vocación de dejarse sentir en las instituciones. El siguiente paso era dotar a la plataforma ciudadana de su propia personalidad jurídica. La forma organizativa en Asociación quedó aprobada en el Acta de la plataforma del 15 de febrero de 2015. Un mes después, el 9 de marzo, se constituye la asociación vecinal EL PUEBLO QUE QUEREMOS.

Registrada en la Comunidad de Madrid con el número 35.626 y en el Ayuntamiento de Las Rozas con el número 262.