La ILP por una vivienda digna es rechazada por los representantes de la ciudadanía del PP y de C’s de la asamblea de Madrid. Es el más reciente menosprecio (no será el último) a la voluntad popular, de estos valedores de las costumbres “democráticas”.

Tras más de 3 meses de recoger firmas por las calles se consiguieron acreditar de manera fehaciente el interés explícito de más de 77.000 personas para que el “derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada” recogido en nuestra constitución (de la que tanto hablan en simulacros, tanto como la incumplen o la mantienen estéril) fuera, por fin, regulado, es decir, saliera del frigorífico constitucional y se hiciera REAL.

Una ILP supone que un sector muy representativo de la ciudadanía (más de 50.000 personas para Madrid) hace una propuesta para que un “interés general” sea regulado, y con este fin avanza un borrador de norma. La propuesta, ya en la asamblea, y siempre y cuando no sea una aberración o disparate reconocible, puede seguir dos caminos:

  1. Democrático – es aceptado a trámite (por ser expresión de la soberanía popular) y se la harán al borrador de norma las enmiendas que nuestros representantes consideren oportunas con un doble fin: su perfecto encaje legal y su mayor eficacia, para que la propuesta ciudadana se haga realidad.
  2. Antidemocrático – es rechazado, sin más (como de cara a la galería feliz y despreocupada no es muy reconfortante hacerlo “sin más”, unos y otros se esforzarán en dar una excusa imposible)

Ningún representante de la ciudadanía que de verdad vele por el interés general, puede parar una ILP cuyo fin sea que todo el mundo disfrute de una vivienda, antes de continuar siendo un producto de especulación y corrupción, reclamos que para los miembros del PP son, objetivamente, muy peligrosos. Si hay algo que no les convence en esta petición popular, se explica y se enmienda.

Pero en Democracia, no se rechaza. Hacerlo evidencia que lejos de atender las justas inquietudes ciudadanas, corren a atrincherar actitudes insensibles y reprobables y a perseverar miles, millones de dramas personales que algo tan básico como disponer de una vivienda podrían mitigar al instante.

Es una vergüenza y sus votantes, la gente decente, deberían pedir ya no explicación, que no la tiene confesable, sino una reconsideración de postura para que se haga realidad SIN MÁS DILACIÓN, el derecho a vivir en tu casa. Una auténtica petición ¡radical¡¡

Por Ulises, para EPQQ