TABARNIA, EL NUEVO PAÍS DONDE DOS MÁS DOS SUMAN CINCO
Cómo era de esperar, y ocurre con los resultados de todas las elecciones, parece que todos los partidos han ganado y ninguno ha perdido. Y en unas elecciones tan importantes como las últimas autonómicas catalanas no podíamos esperar algo distinto. Pero la aparición de TABARNIA ha ido más allá de todo lo que cabía imaginar.
Independientemente de los análisis que cada grupo o bloque haya querido hacer tratando de llevar los números a su propio interés, hay verdades indiscutibles:
- En un sistema parlamentario no gana las elecciones el partido más votado, sino aquel que consigue conformar una mayoría parlamentaria, que es la que elige al presidente.
- Por lo tanto, aunque CIUDADANOS ha sido el partido más votado, el bloque independentista habría ganado las elecciones, ya que cuenta con mayoría suficiente para investir un presidente. Esto suponiendo que las tres formaciones que lo constituyen sean capaces de llegar a un acuerdo. No cabe duda de que si se hubieran presentado como una sola opción, al igual que hicieron en las anteriores elecciones, su triunfo sobre CS sería contundente.
- Tratándose como se trataba de contrastar los votos del bloque separatista con los del bloque llamado constitucionalista, los resultados tampoco se prestan a ninguna duda: 47,49% los primeros, contra un 43,49 que suman los unionistas. Es decir, 4 puntos de diferencia en favor de los partidos secesionistas. Porque ninguno de los dos bloques en conflicto puede ni debe arrogarse los electores que han votado por la franquicia catalana de PODEMOS. Es evidente que no están a favor de la declaración unilateral de la independencia, pero tampoco de una Constitución que en su programa pretenden tumbar, ya desde su propio Titulo primero, con la proclamación de una República que sustituya a la Monarquía, y de un estado plurinacional que ocupe el lugar de las autonomías, reconociendo el derecho a la autodeterminación.
- En este sentido, se puede decir que un 56,5% de los votantes están de acuerdo en reescribir la Constitución del 78, y esto representa 13 puntos por encima de los que en teoría la han apoyado.
- Claro que hay perdedores: la CUP ( que a pesar de ello sigue teniendo las llaves del Parlament), los comunes que han pagado caro su no adscripción a uno de los dos bloques, y desde luego el PP que probablemente ha iniciado su caída en picado a favor de los nuevos becarios del 35. Tampoco está el PSC para tirar cohetes, pues se esperaba mucho más de la marca catalana de un PSOE últimamente empeñado en apuntalar a la derecha más corrupta y casposa de Europa. Incluso dentro de los dos grandes partidos nacionalistas no deja de sorprender la derrota de ERC ante el apoyo mayoritario del partido de Puigdemont.
- Puestos a encontrar perdedores ha sido la izquierda la que ha sufrido el gran batacazo, viendo como los votantes del cinturón rojo se han pasado a la derecha lerrouxista de Arrimadas, con la pretensión de frenar a los del DUI. Si las grandes empresas y fortunas, tanto de España como de Catalunya, lo hubieran organizado no les habría salido tan bien (¿ o es qué lo han organizado?).
- Para terminar, aunque los de la independencia sumados ganan, retroceden un punto porcentual, pierden dos escaños, pero ganan unos miles de votos cuando todo el mundo daba por hecho que habían tocado techo. Por su parte, CIUDADANOS es el partido más votado pero, al menos en Catalunya, no parece que le vaya a servir de mucho. En fin que todos han perdido, y seguramente el que más el pueblo de Catalunya.
Y aquí es donde aparecen los ingenieros de la matemática resultante para inventarse un nuevo país: TABARNIA.
Según sus defensores, que dicen utilizar los mismos argumentos que sus contrarios, dentro de la hipotética República Independiente de Catalunya aparecería una parte que se independizaría en base a los resultados obtenidos en las últimas elecciones, que les dan la victoria sobre los que quieren un nuevo estado al margen del español. Se basan en que las circunscripciones de Barcelona y Tarragona, las más pobladas, han rechazado el independentismo y en el mapa han pintado una Catalunya “unionista” que no se corresponde demasiado con la realidad.
Esta realidad es la de contar los porcentajes de votos de una y otra opción, dejando al margen al único partido que no se ha alineado con ninguno de ellos, y los resultados son los siguientes calculadora en mano:
- TERRITORIO % INDEPEND. % CONTITUCION.
- Barcelona ciudad 45,78 43,47
- Barcelona provincia 43,97 45,96
- Tarragona ciudad 36,67 55,16
- Tarragona provincia 49,50 43,67
- .Girona ciudad 62,16 32,30
- Girona provincia 63,70 30,98
- Lleida ciudad 50,36 42,99
- Lleida provincia 64,23 30,55
Cómo se puede ver, los unionistas ganan a los separatistas en la provincia de Barcelona y en Tarragona capital, pero solo en esta demarcación consiguen mayoría absoluta. En las otras tres capitales provinciales, incluyendo la de Barcelona, y en las otras tres provincias hay una clara mayoría del bloque republicano que obtiene cuatro mayorías absolutas ( provincias de Girona y Lleida con sus capitales) y está a medio punto de conseguirla en la provincia de Tarragona. Haber conseguido solo dos puntos de diferencia a favor de los unionistas en la provincia de Barcelona, la más industrial, poblada y cuna de emigrantes, más bien parece una victoria pírrica después de haber movilizado hasta el último voto anticatalanista, sobre todo teniendo en cuenta que el porcentaje de podemitas nunca se sumaría a las fuerzas reaccionarias, ni de un lado ni del otro.
Si tomamos ahora como referencia territorial las 42 Comarcas en que está dividida Catalunya, comprobamos que de las 9 que configuran la provincia de Barcelona los “monárquicos” ganarían en 4, una de ellas ( Garraf) por menos de 1 punto; pero solo consiguen mayoría absoluta en el Baix Llobregat. Y en las 10 demarcaciones comarcales de la provincia de Tarragona ganan en dos de ellas, en ambos casos por mayoría absoluta ( Baix Penedés y Tarragonés). Aún siendo cierto que coinciden con algunas de las comarcas de mayor población no parece suficiente como para justificar la existencia de una Catalunya mayoritariamente unionista, pues se ve reprimida a unos pocos municipios de los cinturones industriales de Barcelona y Tarragona.
Y, por si fuera poco, se da la paradoja de que muchos de ellos son municipios con una tasa de paro muy superior a la media, y una renta muy inferior a la media. Por lo que, si la cuestión independentista fuera solamente una razón económica, serían precisamente estos grupos de población los más perjudicados por los 8 puntos del PIB catalán que van a parar al Fondo de Compensación Territorial. Si algún día CIUDADANOS llega a gobernar en Madrid, estos catalanes probablemente lo van a tener aún más difícil… es uno más de los misterios de esta “BANDERITIS” que nos asola.
No obstante sean como sean leídos los números, es evidente que se ha producido una grave fractura en la sociedad catalana, con su evidente repercusión negativa en la política, la economía y lo social. Y cuando se escriba la historia desde fuera todo el mundo recordará que esta guerra la inició el PP de Rajoy recogiendo en la calle 4 millones de firmas contra un estatuto aprobado según todas las leyes de la Constitución, al que siguió un boicot a los productos catalanes, y por último la sentencia de un Tribunal Constitucional con dos magistrados conservadores que llevaban dos años de mandato caducado y que tenían que haber sido sustituidos por dos socialistas que sí habrían dado vía libre al Estatut. Nos habríamos ahorrado todo este circo. Puede que Zapatero no tuviera ninguna intención de pactar con el PP esa sustitución a tiempo… cosas peores se han visto en el PSOE de la “democracia”… y las que nos quedarán por ver.
Ahora que bien pensado, quien sabe, igual TABARNIA puede ser una solución.
Por Tony Rodedues para El Pueblo Que Queremos