Talleres de primeros auxilios y emergencia en los centros públicos educativos
En España estamos a la cola de Europa en saber actuar ante una situación de primeros auxilios.
Solamente el 5% de la población sabría realizar maniobras básicas.
IDEAS PREVIAS, PROYECTO:
Muchos países de nuestro entorno (Noruega desde 1960) contemplan la formación de sus escolares en primeros auxilios, formando parte de su currículo educativo. La importancia de comenzar desde edades tempranas parte del criterio de que el niño desde la enseñanza primaria puede adquirir la responsabilidad y las habilidades psicomotoras que le permitan, con reentrenamientos programados, desarrollar y conservar la habilidad de realización de esas maniobras básicas de atención inmediata. El potencial educativo de su aprendizaje es grande al aportar, además, valores cívicos tristemente menospreciados en la actualidad como son la colaboración, la solidaridad, el compromiso colectivo y la generosidad. Se trata de conseguir que los niños, mediante las herramientas/juegos oportunos, aprendan de un manera fácil y divertida algo que puede salvar vidas (“Los niños de hoy pueden salvar una vida mañana”, del manifiesto de EdCivEmerg).
Además será un aprendizaje que llevarán del colegio a su casa, siendo motivo de estimular las relaciones con sus mayores al hacerles partícipes de unas experiencias que a toda persona conviene.
Son muchas las experiencias que demuestran que la enseñanza a edades tempranas -10 y 12 años- de maniobras de reanimación confiere un alto grado de aprendizaje que se mantiene en el tiempo. Numerosos estudios científicos corroboran la necesidad de que todos los ciudadanos conozcan las técnicas de soporte vital básico.
PROPUESTA DE ACCIÓN
Hasta que las administraciones educativas autonómicas establezcan la metodología de la enseñanza de los primeros auxilios en la escuela, incluyendo su aprendizaje dentro del currículo docente, como parte integrante de una asignatura como Educación para la Ciudadanía (ahora E. Civil y constitucional), se sugiere requerir a nuestro ayuntamiento, con el apoyo de los centros docentes y AMPA que se impliquen, que subvencione el desarrollo de talleres de primeros auxilios en los centros públicos del municipio (definir desde qué curso y durante cuánto tiempo –con la periodicidad lectiva que garantice su eficaz aprendizaje-) impartidos por Técnicos en Emergencias Sanitarias (TES) en desempleo. Como especialistas sanitarios formados en soporte vital básico (SVB), entendemos que son los profesionales mejor preparados para la enseñanza de los primeros auxilios en la escuela.
Serán ellos los que lleven a cabo, con la complicidad del cuerpo docente, una enseñanza de la manera más práctica y lúdica posible y siempre adaptada a las edades de los alumnos. Tengamos presente que en unas pocas horas se pueden enseñar fundamentos tan importantes y básicos como el PAS (proteger-alertar-socorrer), la RCP precoz o la PLS (posición lateral de seguridad), entre otros que diariamente permiten salvar vidas en el mundo y pueden realizarse hasta por los alumnos de menor edad (a partir de los 10 años, los alumnos ya tienen la capacidad física de poder realizar acciones como las compresiones torácicas, y a una edad menor son capaces de comprender y realizar un aviso a los servicios de emergencias).
QUÉ APRENDER Y CÓMO HACERLO. NOTAS
MATERIAS CONCRETAS DE APRENDIZAJE
Proteger. Avisar. Socorrer (P.A.S.)
Lipotimia y Posición Lateral de Seguridad
Atragantamiento en adultos, niños y lactantes
Masaje cardíaco en adultos
Reanimación cardiopulmunar en lactantes.
Quemaduras
Contusiones ‐Esguinces
Heridas y Hemorragias
Reanimación cardiopulmonar + Desfibrilación
Sangrado de nariz
Epilepsia
Material para botiquín
Contactar con los Servicios de emergencia (112)
ORIENTACIONES SOBRE LA REALIZACIÓN DEL TALLER
A continuación se expondrán diversos consejos, que el TES tendrá siempre en cuenta, para la preparación y realización de un taller sobre primeros auxilios, que es extrapolable a otras materias de interés, como la prevención de accidentes o protección civil, entre otros:
Exponer al docente y al centro educativo el objetivo del taller. Es importante (y obligatorio) que tanto el docente al cargo de la clase como el propio centro estén de acuerdo con realizar una clase o un taller sobre primeros auxilios. Generalmente, la gran mayoría de los docentes entienden la importancia del aprendizaje de los primeros auxilios en el aula, tanto por parte de los docentes como de los alumnos. Es recomendable plantear la idea en primer lugar al docente del aula en cuestión y posteriormente, siguiendo las indicaciones del mismo, al cuerpo directivo (director, jefe de estudios, etc.), e incluso puede facilitar la decisión mediante la entrega por escrito de la propuesta.
Mantener reuniones con el docente antes, durante y después de la actividad. De esta manera, se asegura que los contenidos teóricos y el modo de expresarlos puedan ser entendidos por los alumnos. El docente es quien mejor conoce a sus alumnos, y sabe qué lenguaje o qué elementos hay que omitir, y cuáles hay que explicar con atención. A su vez, esto ayudará a tener una idea de cómo enfocar la lección. Y al final, comentar el taller con el docente ayudará a mejorar la labor como monitor para futuras clases.
Adaptarnos a la edad de nuestros alumnos. Evitar emplear palabras complejas con alumnos de poca edad, y a la vez, evitar emplear un lenguaje infantil cuando no es preciso (aun con aquellos de corta edad). Un ejemplo claro es con la palabra “pupa” (un niño de 8 años ya comprende el término “daño”, por consiguiente, debemos evitar emplear palabras como “pupa”). Si el alumno considera que se le infravalora, puede negarse a atender a la explicación. Solo se emplearán en caso de que los estudiantes no comprendan la palabra. A su vez, si se considera que por la edad los alumnos no podrán realizar determinadas acciones físicas, se sustituirán por otras técnicas. En el caso de las compresiones torácicas, en caso de duda se puede sustituir por peluches grandes de los propios alumnos o por cojines, en lugar de emplear muñecos de entrenamiento. En educación infantil los alumnos ya son capaces de marcar el teléfono de emergencias y explicar dónde se encuentran si se lo enseñamos. Es recomendable enseñarles el 112 como la secuencia individualizada de números 1-1-2 (uno-uno-dos) en vez de 112 (ciento doce), ya que los números más bajos son aprendidos y entendidos antes (tabla 1). A su vez, en cualquier etapa educativa puede haber un rechazo hacia la técnica “boca a boca”, por lo que en ese caso se recomienda la enseñanza de RCP “solo manos”.
Menos teoría (y simple) y más práctica. Lo que el alumno aprende experimentando en su propia piel lo recordará más tiempo que aquello que únicamente aprende con la teoría. Es importante, sobre todo en la enseñanza de los primeros auxilios, la formación práctica a todas las edades. Hay que intentar disminuir la teoría lo máximo posible e incluso, en algunos casos, omitir detalles, con el fin de dedicar un mayor tiempo a las acciones más importantes. Un claro ejemplo sale de la enseñanza de la RCP. No es necesario explicar con detalle el sistema circulatorio, sino que es mejor dedicar una mayor cantidad de tiempo a las comprensiones torácicas en sí.
Es mejor manejar pocos conceptos, pero claros. Tener en cuenta que en según qué edades se enseñe, los alumnos no siempre seguirán nuestro ritmo. Los TES, así como el resto de los profesionales sanitarios, disponen de un gran número de conocimientos sobre primeros auxilios; sin embargo, debemos evitar querer enseñarlos todos a la vez. Es decir, más vale explicar tres conceptos en dos horas (como pueden ser PAS, RCP y PLS), que explicar diez en el mismo tiempo, sin posibilidad de ponerlos en práctica ni enseñarlos con la suficiente atención.
Lo divertido vale por dos. Evitar hablar durante largos períodos de tiempo. Intercalar videos, imágenes o prácticas es muy recomendable para mantener la atención de nuestros alumnos. Al final del taller, en los alumnos de menor edad (educación infantil y primaria) también es interesante, a modo de recordatorio, que realicen dibujos de lo que han aprendido (por ejemplo, un dibujo del teléfono de emergencias 112) y animarles a que lo cuelguen en sus casas.
EJEMPLO DE DESARROLLO DE UN TALLER
Clase de 25 alumnos de 6º de primaria (11-12 años).
Duración. Dependerá en gran medida de la disponibilidad del centro y de los docentes, aunque en 2 horas pueden sentarse las bases de la enseñanza de los primeros auxilios.
Localización. Al tratarse de un centro educativo, el lugar donde se desarrollará vendrá determinado por la disponibilidad del mismo, aunque generalmente podrá desarrollarse en el polideportivo del centro o en la propia aula de los alumnos.
Material. No es preciso un gran número de elementos para las nociones más básicas. Únicamente es vital el empleo de un maniquí de RCP (si se va a enseñar). No es habitual encontrar un centro que disponga de estos dispositivos, por lo que deberá ser aportado por el TES docente en cuestión. Lo óptimo sería contar con un maniquí por alumno; sin embargo, este factor dependerá de los disponibles (como mínimo deberemos disponer de un maniquí para toda la clase). Puede ser de utilidad disponer de una presentación digital sobre la que apoyar las explicaciones.
Distribución del alumnado. Es conveniente que las prácticas se realicen sobre una superficie firme, preferentemente el suelo. Deberemos situar a los alumnos de tal manera que todos puedan ver las técnicas que desarrollaremos, o se repetirán tantas veces como sea preciso para que sea observado por todos los presentes. La mejor distribución sería formando un semicírculo en el suelo (fig. 1).
Docentes y TES. Deberemos intentar que exista la menor proporción posible de alumnos por TES, de tal manera que cuanto menores sean los grupos mejor, sobre todo para la realización de las prácticas. Si existe la posibilidad, es recomendable que haya más de un TES durante las prácticas e involucrar al docente en ellas (si tiene conocimientos previos).
Contenidos. Dado el escaso tiempo y la edad de los estudiantes, podemos desarrollar en el aula los siguientes contenidos: conducta PAS (que incluirá cómo trasmitir la información al 112), PLS y RCP, y prácticas de las mismas.
Desarrollo y temporalización
Conducta PAS (10-15 minutos): explicación teórica, en la cual podemos añadir diversas imágenes donde se observen conductas de riesgo, para que los alumnos las identifiquen.
Cómo alertar a emergencias (10 minutos): explicaremos la importancia del 112 en las emergencias, la relevancia de pedir ayuda y cómo debe trasmitirse la información para que no haya errores. A modo de ejemplos, podemos ponerles en una situación y que ellos digan qué datos comunicarían al 112. También se pueden plantear diferentes situaciones, y ver en cuáles deben alertar a emergencias.
Posición lateral de seguridad (teoría y demostración por TES: 5-10 minutos; práctica por los alumnos: 20-30 minutos): deberemos intentar que todos los alumnos observen y practiquen la técnica de manera individual. Podemos hacer grupos o relevos entre los estudiantes para que cambien de papel, de rescatador a víctima.
Reanimación cardiopulmonar (65-75 minutos). Teoría: haremos especial hincapié en la gran importancia que tienen las maniobras, así como que no podrán dañar a la víctima en ningún caso, y les presentaremos el procedimiento que mejor se ajuste a las características de la clase, de tal manera que se enseñará RCP con ventilaciones o sin ellas. En este caso, salvo que los niños no muestren reticencias, la más aconsejable sería la RCP “solo manos”. Práctica: es de especial importancia que todos los alumnos realicen la técnica de manera individual. Durante las explicaciones podremos poner imágenes y vídeos o canciones conocidas por ellos que sigan un ritmo acorde a las cien compresiones por minuto. Algunos ejemplos de canciones ideales para este fin podrían ser las de “Bob Esponja” (ideal para alumnos de esta edad o menores), “La Macarena” o “Stayin’ Alive” (sobre todo en alumnos de mayor edad).
Revisión final (los últimos 5-10 minutos): se realizará un repaso rápido de todas las cuestiones tratadas, con el fin de recordar al alumno lo que se ha visto en el taller. En esta fase se puede aprovechar, en los alumnos de menor edad, para que realicen alguna actividad que les recuerde lo que han hecho en el taller.