“Limpieza” en Belgrado de refugiados
Las autoridades serbias implementan acciones para retirar a todos los refugiados de Belgrado. Queremos señalar que en Belgrado, en un almacén cerca de las estaciones de autobus y tren, así como en la proximidades de ellas, desde agosto de 2016 viven unos 1500 refugiados, principalmente de Afganistán y Paquistán.
A pesar de las catastróficas condiciones de vida, la casi inexistente infraestructura, de estar abandonados por casi todo el mundo, se las han apañado para sobrevivir uno de los inviernos más fríos. Con la ayuda de unas pocas organizaciones, locales y de activistas de fuera, con mucho esfuerzo, logran proporcionar condiciones de vida mínimas, una cocina compartida donde preparan comidas para los refugiados, unos aseos improvisados para la higiene.
El 8 de mayo, las autoridades informaron al público de que los refugiados del centro de Belgrado serían sacados del centro de Belgrado y mandados a campamentos de toda Serbia. Los refugiados han conseguido hasta ahora evitar ir a los campamentos, por diversas razones, incluyendo la restricciones de movimientos y la deportación ilegal a Macedonia y Bulgaria. Tened encuenta que un gran número de refugiados que estaban dispuestos a ir a algunos de los campamentos fueron rechazados, a menudo sin explicación.
La imagen del Comisariado para los Refugiados entre los refugiados es muy mala debido a su pobre y a menudo hostil actitud hacia los refugiados. El Comisariado usó ONGs que trabajan con los refugiados para convencerles de que “voluntariamente” dejaran los barracones y se fueran a campamentos. Estas ONGs fueron chantajeadas con el hecho de que algunas de sus actividades se llevan a cabo en los campamentos bajo el control del Comisariado y ellos deciden quién puede y quién no puede entrar y trabajar en los campamentos.
Aunque se anunció que el proceso completo llevaría 20 días, el 10 de mayo por la mañana, un gran número de miembros del comisariado y la policía aparecieron en los almacenes, afirmando que en 15 minutos empezarían a rociar las estancias con veneno para ratas. Dijeron que los refugiados tenían que salir y sacar sus pertenencias, porque es un agente altamente tóxico, y que por la tarde-noche podrían volver a sus alojamientos. Debido al poco tiempo, parte de los refugiados no pudieron sacar sus pertenencias, mientras que algunos aún dormían cuando empezaron a rociar. Muchas de las modestas posesiones de los refugiados han sido destruidas así.
Ya el 11 de mayo a las 7 de la mañana, trabajadores del comisariado registraron los objetos y con la ayuda de la policía, echaron a los refugiados que quedaban, destruyendo así tiendas de campaña, con el pretexto de que ya no las necesitaban. Entre los trabajadores del comisariado se observaron personas cuyo comportamiento violento contra los refugiados ya fue señalado durante los dos últimos años de la crisis de los refugiados en Serbia. La gran mayoría de los refugiados aceptó ir a los campamentos, porque no había apenas otra opción, porque les amenazaron con ser detenidos y deportados si eran vistos por las calles. Un pequeño número de refugiados desesperados se fueron a las fronteras, para intentar cruzar otra vez más.
Ya a las 11am comenzó la demolición de los edificios en los que se habían alojado los refugiados. El primer edificio que fue demolido fue una cocina comunitaria y las instalaciones sanitarias improvisadas.
Aunque a los refugiados se les prometió que tendrían libertad de movimientos y que podrían dejar los campamentos, los campamentos de Obrenovac y Krnjaca, que son los más cercanos a Belgrado, llevan dos día cerrados y no se permite salir a nadie.
Escrito por: Mirko Medenica 12 de mayo, Belgrado